viernes, 10 de septiembre de 2010

2.Domingo XXIV. 12 de Septiembre de 2010

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Éxodo 32, 7-11. 13-14

En aquellos días, el Señor dijo a Moisés:
—«Anda, baja del monte, que se ha pervertido tu pueblo, el que tú sacaste de Egipto. Pronto se han desviado del camino que yo les había señalado. Se han hecho un novillo de metal, se postran ante él, le ofrecen sacrificios y proclaman:
“Éste es tu Dios, Israel, el que te sacó de Egipto”.»
Y el Señor añadió a Moisés:
—«Veo que este pueblo es un pueblo de dura cerviz. Por eso, déjame: mi ira se va a encender contra ellos hasta consumirlos. Y de ti haré un gran pueblo.»
Entonces Moisés suplicó al Señor, su Dios:
—«¿Por qué, Señor, se va a encender tu ira contra tu pueblo, que tú sacaste de Egipto con gran poder y mano robusta? Acuérdate de tus siervos, Abrahán, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo, diciendo:
“Multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo, y toda esta tierra de que he hablado se la daré a vuestra descendencia para que la posea por siempre.”»
Y el Señor se arrepintió de la amenaza que había pronunciado contra
su pueblo.

Palabra de Dios.

MEDITACIÓN
Los textos de este domingo tienen un tema central: la misericordia de Dios frente al pecado del ser humano. Así en la primera lectura nos ofrece el relato del becerro de oro. Mientras Moisés se encuentra en el monte Sinaí el pueblo se fabrica la imagen de un toro joven. Éste contrariamente a lo que podríamos pensar no es la divinidad, sino el pedestal sobre el que el Dios invisible se asienta. Así el grupo rival a Moisés lo que pretende al fabricarlo es sustituir el arca de la alianza, en la cual también habían esculpidas imágenes (los querubines) por el toro.
Y frente a esta actitud de rivalizar con Moisés aparece la figura de este gran personaje, quien lejos de competir con su pueblo, intercede por él, ante un Dios distinto a como los hombres lo imaginamos. Así el Dios del Antiguo Testamento es un Dios capaz de arrepentirse de sus amenazas.
Comenzamos el curso y Moisés es para nosotros un modelo de educador. Él ha sido llamado por Dios, acompañado y enviado a su pueblo. En todos esos momentos se deja llevar por un gran amor a Yahvé y a Israel. También nosotros en nuestro peregrinar por el desierto del curso seremos llamados por Dios a través de la Iglesia, acompañados mediante el sacerdote, las oraciones, “Compromesos”,… y enviados a guiar al grupo, ayudándole a evitar caer en la idolatría de confundir a Dios con las realidades de este mundo y en el desánimo, llevándolos a Cristo. Y para ello será importante amarlos con todo el corazón como Moisés amaba a su pueblo, por eso cada día deberemos rezar al Padre por nuestro equipo, siguiendo el ejemplo de Moisés.
SALMO RESPONSORIAL. Sal 50, 3-4. 12-13. 17 y 19 (R/.: Lc 15, 18)

R/. Me pondré en camino adonde está mi padre.

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.

Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias. R/.

MEDITACIÓN
Con Israel: este salmo está dedicado a David y se sitúa en el contexto del pecado del rey que hizo matar a Urías para tomar a su mujer Betsabé y el arrepentimiento admirable del monarca (2 Samuel 11-12). Sin embargo el salmo fue escrito posteriormente, tras la destrucción de las murallas de Jerusalén. Así el trasfondo es la destrucción de la ciudad y deportación a Babilonia. No es tanto el pecado de un rey sino de un pueblo que ha sufrido el castigo y sueña con un tiempo nuevo.
Con Jesús: el rostro de este Dios al que se dirige el salmista es Jesús, ante quien los pecadores experimentaron la misericordia divina y proclamaron la alabanza al Dios que no ha venido a estar con los justos sino a sanar a los pecadores. Cuantos se acarcaron a lo hicieron implícita o explícitamente con estos sentimientos.
Con nuestro tiempo: el pecado es algo que en el fondo rompe con nuestra imagen ideal, nos creemos buenos y sin embargo no es así. Hoy las personas consideran que todo lo hacen bien y quizás ese sea uno de los motivos de los fracasos en el matrimonio. Si yo no te hago daño, entonces la culpable eres tú. Y sin embargo, si leemos el salmo en su totalidad, el pecado forma parte de nuestra vida, “pecador me concibió mi madre”, afirma el salmista. Somos limitados y por tanto pecadores, capaces de errar, de no hacer el bien, de defraudar las esperanzas puestas en nosotros por parte de Dios y de los demás. Pero ante el pecado la respuesta de Dios es la misericordia. En el salmo el protagonista es Dios. El salmista se siente incapaz de ser santo y suplica a Dios que sea Él quien transforme su corazón: “crea en mí un corazón puro”. Frente a mi corazón impuro, yo no puedo hacer nada, sólo dejarme amar por Ti y dejar que Tú hagas de mi persona un ser que irradie luz, entrega a los demás, amor desinteresado.
Con los juniors: ¿qué tal te encuentras al comienzo de este curso? ¿te ves preparado para ser un monitor o monitora ejemplar? En las últimas semanas, ¿has sido junior, aunque estuvieses de vacaciones? ¿No? Lee el salmo y ora. Deja que Dios actúe y dale gracias por que Dios te ama y de nuevo te va a acoger en el Centro Junior. Tu oración es un corazón quebrantado, arrepentido y con deseos de ser amado por Él.
Carlos G. Vallés. Busco tu Rostro. Sal Terrae.
MI PECADO Y TU MISERICORDIA

«Contra ti, contra ti solo pequé». Ese es mi dolor y mi vergüenza, Señor. Sé cómo ser bueno con los demás; soy una persona atenta y amable, y me precio de serlo; soy educado y servicial, me llevo bien con todos y soy fiel a mis amigos. No hago daño a nadie, no me gusta molestar o causar pena. Y, sin embargo, a ti, y a ti solo, sí que te he causado pena. He traicionado tu amistad y he herido tus sentimientos. «Contra ti, contra ti solo pequé».

Si les preguntas a mis amigos, a la gente que vive conmigo y trabaja a mis órdenes, si tienen algo contra mí, dirán que no, que soy una buena persona; y sí, tengo mis defectos (¿quién no los tiene?), pero en general soy fácil de tratar, no levanto la voz y soy incapaz de jugarle una mala pasada a nadie; soy persona seria y de fiar, y mis amigos saben que pueden confiar en mí en todo momento. Nadie tiene ninguna queja seria contra mí. Pero tú sí que la tienes, Señor. He faltado a tu ley, he desobedecido a tu voluntad, te he ofendido. He llegado a desconocer tu sangre y deshonrar tu muerte. Yo, que nunca le falto a nadie, te he faltado a ti. Esa es mi triste distinción. «Contra ti, contra ti solo pequé».

Fue pasión o fue orgullo, fue envidia o fue desprecio, fue avaricia o fue egoísmo...; en cualquier caso, era yo contra ti, porque era yo contra tu ley, tu voluntad y tu creación. He sido ingrato y he sido rebelde. He despreciado el amor de mi Padre y las órdenes de mi Creador. No tengo excusa ante ti, Señor.

«Contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces. En la sentencia tendrás razón, en el tribunal me condenarás justamente». Condena justa que acepto, ya que no puedo negar la acusación ni rechazar la sentencia. «En la culpa nací; pecador me concibió mi madre: Yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado». Confieso mi pecado y, yendo más adentro, me confieso pecador. Lo soy por nacimiento, por naturaleza, por definición. Me cuesta decirlo, pero el hecho es que yo, tal y como soy en este momento, alma y cuerpo y mente y corazón, me sé y me reconozco pecador ante ti y ante mi conciencia. Hago el mal que no quiero, y dejo de hacer el bien que quiero. He sido concebido en pecado y llevo el peso de mi culpa a lo largo de la cuesta de mi existencia.

Pero, si soy pecador, tú eres Padre. Tú perdonas y olvidas y aceptas. A ti vengo con fe y confianza, sabiendo que nunca rechazas a tus hijos cuando vuelven a ti con dolor en el corazón.

«Misericordia, Dios mío, por tu bondad; por tu inmensa compasión borra mi culpa. Lava del todo mi delito, limpia mi pecado. Rocíame con el hisopo y quedaré limpio; lávame y quedaré más blanco que la nieve. Hazme oír el gozo y la alegría, que se alegren los huesos quebrantados. Aparta de mi pecado tu vista, borra en mí toda culpa».

Hazme sentirme limpio. Hazme sentirme perdonado, aceptado, querido. Si mi pecado ha sido contra ti, mi reconciliación ha de venir de ti. Dame tu paz, tu pureza y tu firmeza. Dame tu Espíritu.

«Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu; devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso».

Dame la alegría de tu perdón para que yo pueda hablarles a otros de ti y de tu misericordia y de tu bondad. «Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza». Que mi caída sea ocasión para que me levante con más fuerza; que mi alejamiento de ti me lleve a acercarme más a ti. Me conozco ahora mejor a mí mismo, ya que conozco mi debilidad y mi miseria; y te conozco a ti mejor en la experiencia de tu perdón y de tu amor. Quiero contarles a otros la amargura de mi pecado y la bendición de tu perdón. Quiero proclamar ante todo el mundo la grandeza de tu misericordia. «Enseñaré a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti».

Que la dolorosa experiencia del pecado nos haga bien a todos los pecadores, Señor, a tu Iglesia entera, formada por seres sinceros que quieren acercarse a unos y a otros, y a ti en todos, y que encuentran el negro obstáculo de la presencia del pecado sobre la tierra. Bendice a tu Pueblo, Señor.

«Señor, por tu bondad, favorece a Sión; reconstruye las murallas de Jerusalén».

http://www.mercaba.org/DIESDOMINI/T-O/24C/marco_do_24c.htm
También te ayudará a meditarlo entrando en: http://www.mercaba.org/DIESDOMINI/T-O/24C/marco_do_24c.htm
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo 1, 12-17

Querido hermano:
Doy gracias a Cristo Jesús, nuestro Señor, que me hizo capaz, se fió de mí y me confió este ministerio.
Eso que yo antes era un blasfemo, un perseguidor y un insolente. Pero Dios tuvo compasión de mí, porque yo no era creyente y no sabía lo que hacía.
El Señor derrochó su gracia en mí, dándome la fe y el amor en Cristo Jesús.
Podéis fiaros y aceptar sin reserva lo que os digo: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, y yo soy el primero.
Y por eso se compadeció de mí: para que en mí, el primero, mostrara Cristo Jesús toda su paciencia, y pudiera ser modelo de todos los que creerán en él y tendrán vida eterna.
Al Rey de los siglos, inmortal, invisible, único Dios, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios.
MEDITACIÓN:
El texto que hoy proclamamos pertenece a una de las cartas pastorales de Pablo, sección en la que se incluyen las dos cartas a Timoteo y la carta a Tito. En ellas el Apóstol ofrece orientaciones dirigidas a los pastores, los dirigentes y guías de las comunidades.
En ella el Apóstol mira su vida a la luz de la misericordia divina. Es Cristo, quien siendo él pecador y perseguidor de la Iglesia, salió a su encuentro, derrochando su amor hacia él y lo escogió como apóstol y referente de la Iglesia.
La carta te invita a realizar una lectura de nuestra vida, especialmente si tú pasaste por una crisis de fe, si fuiste de los que abandonaron el centro junior e incluso no dudaron en criticar públicamente la labor de los juniors. Y también se dirige a todos, pues somos pecadores y nuestra grandeza no está en nosotros sino en Cristo que nos ha escogido como consiliarios o educadores, siendo nosotros “blasfemos, perseguidores e insolentes”.
De nuevo la misericordia divina se nos ofrece como cauce de encuentro con Dios. Así un buen ejercicio es entrar en tus álbumes de fotos y mirar lo que has vivido, tu vida, descubrir los momentos que quisieras borrar de ella, esas fotografías que no has roto por nos sabes porqué, pero que hoy te avergüenzan. Es el álbum de tu vida. Y Dios lo toma y lo abraza. ¿Te sientes capaz de abrazarlo tal como es, con todas las fotografías? Haz tuya la oración de Pablo.
Y finalmente, muchos son los monitores que ya no están en el centro junior, quizás en las fiestas te han mirado con desprecio o indiferencia. Lee el texto, Dios también actúa en ellos, se compadece, tiene paciencia.
EVANGELIO
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 15, 1-32
En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos:
— «Ése acoge a los pecadores y come con ellos.»
Jesús les dijo esta parábola:
— «Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles:
“¡ Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido.” Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.
Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas para decirles:
“¡ Felicitadme!, he encontrado la moneda que se me había perdido.” Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.»
También les dijo:
— «Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre:
“Padre, dame la parte que me toca de la fortuna.”
El padre les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente.
Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad.
Fue entonces y tanto le insistió a un habitante de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Le entraban ganas de llenarse
el estómago de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba de comer.
Recapacitando entonces, se dijo:
“Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros.”
Se puso en camino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y, echando a correr, se le echó al cuello y se puso a besarlo.
Su hijo le dijo:
“Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo”.
Pero el padre dijo a sus criados:
“Sacad en seguida el mejor traje y vestidlo; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y matadlo; celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado.”
Y empezaron el banquete.
Su hijo mayor estaba en el campo.
Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y el baile, y llamando a uno de los mozos, le preguntó qué pasaba.
Éste le contestó:
“Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha matado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud.”
El se indignó y se negaba a entrar; pero su padre salió e intentaba persuadirlo.
Y él replicó a su padre:
“Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; y cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado.”
El padre le dijo:
“Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mio es tuyo: deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado.”»

Palabra del Señor.

MEDITACIÓN
Siguiendo en líneas generales el comentario de Isabel Gómez Acebo (Lucas. Guías de Lectura del N.T. , 3. Verbo Divino.), entramos en un capítulo que constituye el centro de la sección llamada “el Camino de Jerusalén” y del Evangelio de Lucas, donde se manifesta el amor de Dios hacia los marginados. Tres grupos de actores van a aparecer y desaparecer: pastor-oveja; mujer-moneda; padre-hijo y los tres van a experimentar un gozo que concluye con la fiesta. Así encontramos la misma estructura: pérdida o alejamiento; búsqueda; y celebración festiva en contraste con la tristeza del arrepentimiento mal entendido.
El evangelio comeinza presentándonos a dos grupos ante los cuales Jesús tiene una actitud positiva: los publicanos y los pecadores. Los primeros están formados por asesinos, atracadores, usureros,… es decir, los despreciados por la sociedad. Los segundos eran las personas alejadas de Dios por no cumplir la Ley. Unos y otros eran malas compañías ante las cuales la persona buena debía alejarse. Así lo afirmaba un texto judío: “que ningún hombre se asocie con pecadores, ni siquera para acercarles a la ley”. Y Jesús los trataba con familiaridad.
Junto a este grupo de marginados aparece otro, los fariseos y escribas, quienes no comparten esa actitud de Jesús para con ellos, la cual consideran escandalosa.
Teniendo presentes estos tres grupos de personajes Jesús nos ofrece tres parábolas. La primera nos presenta a un pastor que tiene un gran rebaño, en cuanto pastor pertenece a un grupo no muy bien visto en Israel, pues el trabajo les impedía cumplir con la Ley de Moisés. Al pastor le falta una oveja, va en su búsqueda y una vez encontrada la coloca sobre sus hombros, imagen que recuerda en el mundo griego y romano a Hermes o Apolo. Al llegar a casa contagia su alegría a los amigos y vecinos. A continuación el espacio del relato cambia y pasa al cielo, ofreciendo así el significado de la parábola: la conversión del pecador produce en Dios una gran alegría.
A continuación nos presenta la parábola de la moneda perdida, siguiendo el mismo esquema con distintos objeto y personajes.
Finalmente nos ofrece la parábola conocida del Hijo Pródigo, en la cual de nuevo nos ofrece la misericordia del Padre, que ama al hijo cuando éste se ha apartado de Él.


LOS SANTOS PADRES
Todo esto para que, aleccionados con este triple remedio, podamos curar nuestras heridas, pues “una cuerda triple no se rompe”. ¿Quién es este padre, ese pastor y esa mujer? ¿Acaso no representan a Dios Padre, a Cristo y a la Iglesia? Cristo te lleva sobre sus hombros, la Iglesia te busca y el Padre te recibe. Uno, porque es Pastor, no cesa de llevarte; la otra, como madre, sin cesar te busca, y el Padre te vuelve a vestir. El primero, por obra de su misericordia; la segunda cuidándote, y el tercero, reconciliándote con Él.
Ambrosio

Los hombros de Cristo son los brazos de la cruz. En ella deposité mis pecados, y sobre la nobleza de este patíbulo he descansado.
Ambrosio
Supone un grave daño para el alma el que uno pierda la fe o la gracia que ha adquirido por medio de la fe. También tú debes encender una lámpara, la lámpara es tu ojo, el interior de tu mente, se entiende. Enciende esa lámpara que recibe el aceite espiritual y resplandece en toda su casa. Busca la moneda, la redención de tu alma, quien la ha perdido, debe preocuparse; quien la encuentra debe alegrarse.
Ambrosio

Tuvo dos hijos, es decir, dos pueblos: judío el uno y gentil el otro; al pueblo judío le hizo más adulto por el conocimiento de la Ley, al pueblo gentil más joven por la necedad del paganismo.
Pedro Crisólogo

Le dio la mejor túnica: aquella gloria eterna que Adán había perdido. Le puso un anillo en su mano: el anillo, título de honor, insignia de libertad, prenda del espíritu, garantía de la fe, arras de las nupcias celestiales. Y las sandalias en sus pies: para que estuvieran calzados los pies en la predicación del Evangelio; para que fueran dichosos los pies que anuncian la paz.
Pedro Crisólogo

ORACIÓN DESDE LA METODOLOGÍA JUNIOR.

Experiencia:
Toma una hoja en blanco y a modo de lluvia de ideas escribe o dibuja los momentos en los que como educador has actuado en contra de los principios de vida junior, al margen de nuestro estilo. No pienses sólo en las fiestas o noches con los amigos. Trae a tu memoria los comentarios que has hecho respecto de determinadas personas o los enfados con los que más te aman. ¿Cómo te has sentido?
Reflexión.-
Toma la Biblia en tus manos y lee el evangelio. También te puede ayudar el power point de las benedictinas (http://www.obispadogchu.org.ar/cancionero/mp3/246tomamividanueva.htm ), centrando tu mirada en las fotografías. Lee los textos. ¿Cómo se ha sentido Dios? Quizás ahora te encuentres apartado de la Iglesia, desde que terminó el campamento no has tenido un solo minuto para rezar, ni has asistido a misa ni te has preocupado de visitar a Cristo que se encuentra en aquellos que viven cerca de ti y desean de tu compañía (enfermos, ancianos,…). ¿Qué está haciendo Dios? El también va en tu búsqueda, ¿cómo lo realiza?
Compromiso.-
Mira este video sobre la oveja perdida: http://www.youtube.com/watch?v=uzKT2KBZ2to, piensa en tu comportamiento como educador, respecto del grupo, pon nombre a esas ovejas, los de tu equipo.
Celebración:
Escucha esta canción: http://espanol.video.yahoo.com/watch/5015215/13341485 o sencillamente contempla la cruz, esos hombros son los que te toman a ti, esas manos las que con gran gozo te recogen del suelo y esos brazos los que te levantan. Contempla, siente y reza.


Oración.


ORACION PARA APRENDER A AMAR
Señor, cuando tenga hambre,
dame alguien que necesite comida;

Cuando tenga sed,
dame alguien que precise agua;

Cuando sienta frío,
dame alguien que necesite calor.

Cuando sufra,
dame alguien que necesita consuelo;

Cuando mi cruz parezca pesada,
déjame compartir la cruz del otro;

Cuando me vea pobre,
pon a mi lado algún necesitado.

Cuando no tenga tiempo,
dame alguien que precise de mis minutos;

Cuando sufra humillación,
dame ocasión para elogiar a alguien;

Cuando esté desanimado,
dame alguien para darle nuevos ánimos.

Cuando quiera que los otros me comprendan,
dame alguien que necesite de mi comprensión;

Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí,
dame alguien a quien pueda atender;
Cuando piense en mí mismo,

vuelve mi atención hacia otra persona.

Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos;
Dales, a través de nuestras manos, no sólo el pan de cada día, también nuestro amor misericordioso, imagen del tuyo.

-Madre Teresa de Calcuta M.C.


GUIÓN CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA.
Monición de entrada:
Queridos hermanos y hermanas:
¿Los que hemos venido a esta misa como nos consideramos: buenos o malos? ¿Nos sentimos mejores que los que no han venido a misa? Las lecturas de este domingo nos van a presentar unos personajes que retratan nuestras actitudes: los que por cumplir la Ley se consideran buenos y los que son despreciados por éstos.
La eucaristía no reúne a los santos del pueblo, sino en ella Dios sale al encuentro de nosotros que somos pecadores, ovejas perdidas, hijos pródigos que en muchas ocasiones vivimos como si Dios no existiera.

Señor, ten piedad.
Tú eres el pastor que nos buscas a nosotros, ovejas perdidas. Señor, ten piedad.
Tú eres la mujer que nos levantas a nosotros, monedas perdidas. Cristo, ten piedad.
Tú eres el Padre que nos abrazas a nosotros, hijos pródigos. Señor, ten piedad.

Monición a las lecturas.
Como preparación para evangelio escuchamos la Primera Lectura que nos habla de una historia del Antiguo Testamento en la que Dios perdona a su pueblo. Responderemos con el salmo 50 invocando a Dios cambie nuestro corazón y escucharemos la confesión de Pablo, quien recuerda la misericordia de Cristo hacia él.

Monición evangelio.
Hola: soy Mateo, un publicano. Os cuento. Nos encontrábamos todos escuchando a Jesús atentamente. De repente Él vio un grupo nos miraba con desprecio. Y mirándoles a ellos nos contó estas parábolas. Estad atentos.

Peticiones.-

Por la Iglesia, para que sea siempre fuente de misericordia hacia todos los pecadores. Roguemos al Señor.
Por los cristianos, para que no nos creamos mejores que los que no viven como nosotros. Roguemos al Señor.
Por los chicos y chicas que ahora comienzan el curso escolar, por sus maestros y profesores, para que Dios los bendiga en el nuevo curso que está empezando. Roguemos al Señor.
Por los enfermos, para que puedan recuperar la salud. Roguemos al Señor.
Por nosotros, para que mantengamos siempre el vivo deseo de amar cada día más a Dios y a los hermanos. Roguemos al Señor.

JÓVENES EJEMPLARES:
Santa Teresa de Jesús de los Andes (13 Julio)
El 13 de Julio de 1900 nació en Santiago de Chila Juana Enriqueta Josefina de los Sagrados Corazones. Sus padres, D. Miguel Fernández Jaraquemada y Dña. LucíaSolar Armstrong eran de clase acomodada. Su abuelo paterno procedía de La Rioja y su abuelo materno tenía al norte de Santiago una gran hacienda. educando a la joven en el colegio de las Hermanas del Sagrado Corazón de Santa Madeleine.Sophie Barat. Muy joven aprendió a montar a caballo, galopando por los alrededores de la cordillera de Los Andes.
La niña era desobediente y con frecuencia tenía sus rabietas y lloraba por nada. Ya en su infancia comenzó a rezar todos los días el rosario. Y precisamente el 11 de septiembre de 1910 hizo su primera comunión, momento que marcó profundamente su vida. Así escribió por aquellos días: “Nuestro Señor me hablaba después de comulgar. Pero mi devoción especial era la Virgen”.
En 1914 lee por primera vez el libro escrito por la joven Teresa de Lisieaux, Historia de un alma. Ese mismo año sufre una operación de apendicitis. Y por aquel tiempo escucha el llamiento de Cristo a entregarse totalmente a Él siguiendo la vida carmelitana. Un año después ingresa en el internado del Colegio del Sagrado Corazón, alimentando su vida espiritual de la oración, la eucaristía y el sacrificio. Aquel año encontró en la calle a un niño vestido de harapos, que tenía hambre y tiritaba de frío. Lo acogió en la casa de su familia, le dio de comer y le preguntó donde vivía, visitando a su familia y cuidando de él. El 8 de diciembre hizo, con el permiso de su confesor, voto de castidad, renunciando al matrimonio. En 1917 recibe la medalla de Hija de María y le dice a su hermano: “Qué quieres, Lucho? Cristo, este loco de amor, me ha vuelto loca”. Aquel año entrará en contacto con la priora del Carmelo de Los Andes. Si bien un año después regresará a su casa, dedicando parte de su tiempo al deporte y en particular la equitación, la natación y el tenis, a contemplar la belleza del mar y las montañas y a orar.
Pero aquella vida la cambió por la clausura y el 7 de mayo de 1919 ingresó en el Carmelo de Los Andes, recibiendo el nombre de sor Teresa de Jesús. Tiene una gran alegría por haberse entregado a Dios, renunciando a lo que más le hizo sufrir, la separación de su familia. Aquella joven acomodada se ofrece para los trabajos más humildes y desagradables viviendo desde estos verbos: amar, sufrir y rezar por la conversión de los pecadores y la santificación de los sacerdotes y de la Iglesia. Y así es la hermana pedagoga quien le hace sufrir.
En los primeros días de marzo de 1920 declara al confesor de la comunidad que le queda un mes de vida, “para una carmelita la muerte no tiene nada de espantable. Va a vivir la vida verdadera. Va a caer en brazos del que amó aquí en la tierra sobre todas las cosas. Se va a sumergir eternamente en el amor”. El 2 de abril cae gravemente enferma, sufriendo la fiebre. Varios médicos la examinan y diagnostican un tifus avanzado. Debido a esta situación el 7 de abril hace la profesión religiosa. Y el 12, a las 19.15 horas muere santamente y con tan sólo 19 años y 9 meses de vida, 11 de ellos como carmelita. Pronto se extiende su fama de santidad por Chile. El 1987 ante un millón de personas es beatificada en Santiago por el Papa Juan Pablo II y el 21 de marzo de 1993 es canonizada en Roma.

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