jueves, 7 de octubre de 2010

Domingo 28. 10 de Octubre de 2010.


PRIMERA LECTURA
Lectura del segundo libro de los Reyes 5, 14-17
En aquellos días, Naamán de Siria bajó al Jordán y se bañó siete veces, como había ordenado el profeta Eliseo, y su carne quedó limpia de la lepra, como la de un niño.
Volvió con su comitiva y se presentó al profeta, diciendo:
— «Ahora reconozco que no hay dios en toda la tierra más que el de Israel. Acepta un regalo de tu servidor.»
Eliseo contestó:
— «¡Vive Dios, a quien sirvo! No aceptaré nada.»
Y aunque le insistía, lo rehusó.
Naamán dijo:
— «Entonces, que a tu servidor le dejen llevar tierra, la carga de un par de mulas; porque en adelante tu servidor no ofrecerá holocaustos ni sacrificios a otros dioses fuera del Señor.»
Palabra de Dios.
MEDITACIÓN
Los dos libros de los Reyes es la continuación de los dos de Samuel, narrándonos la historia del reinado de Salomón (970-931 a.C.), la división del reino en Israel y Judá (931) y los monarcas que se suceden en ambos reinos hasta la caída de Samaría bajo el poder Asirio (722 a.C.) y Jerusalén bajo el dominio babilónico (587 a.C.) a los que se suman dos breves apéndices. Todo ello leído desde la Alianza, es decir, la fidelidad e infidelidad a Dios y sus preceptos, puesta de manifiesto por los profetas (Elías y Eliseo particularmente) cuya vida se entrecruza con la de los monarcas.
En concreto el fragmento proclamado este domingo pertenece al Ciclo de Eliseo, el discípulo fiel y sucesor de Elías, jefe de un grupo de profetas, quienes llevan una vida fiel a Dios. Así la sección a la que pertenece el fragmento (2 Re 4, 1-8,15) nos presenta diez historias donde el lector descubre los poderes extraordinarios de Eliseo. La segunda de ellas nos narra el milagro a Naamán, un alto dignatario del reino vecino, enemigo e infiel, en cuanto adora otros dioses, quien ha sufrido una enfermedad de la piel (posiblemente no sea lepra, según la Biblia de Jerusalén, pues entonces estaría apartado de la vida social), dirigiéndose a Eliseo. Éste sin recibirle le ofrece el medio para sanarse: bañarse siete veces en las aguas del Jordán. Así lo realiza y es curado, reconociendo a Yahvé como su Dios y adorándole.
De este modo un extranjero que no creía en el auténtico Dios, experimenta la enfermedad, busca al profeta, sana y se convierte a Yahvé.
Nosotros también somos ese enfermo que ha experimentado en numerosas ocasiones el poder sanador de Dios, cuando sentíamos por el pecado vergüenza de nuestra persona o necesitábamos de su ayuda. Pero, ¿se lo agradecimos? A lo largo de este domingo las lecturas van a insistirnos en ello.
Somos educadores y como Eliseo vivimos en una sociedad donde Dios cada vez tiene menos cabida. Los protagonistas de todas las emisoras de radio y televisión son quienes adoran al dinero, el éxito y el poder (acaudalados empresarios, “famosillas y famosillos”, futbolistas, políticos,…). Frente a ellos nos encontramos los juniors, como el profeta aceptamos a Jesucristo y tratamos de vivir el Evangelio, adorando al Padre y no dejándonos cautivar por ídolos de este mundo. Nuestra misión es estar ahí, acoger a quienes en un momento determinado experimentan el vacío de sus vidas y ofrecerles las aguas de la Palabra de Dios, del Bautismo, la Reconciliación y la Eucaristía para que sanen y descubran en Dios al único que nos limpia de nuestras miserias y heridas. Pero, ¿realmente lo somos? ¿estamos convencidos de ello?
Como dinámica puedes tomar una foto de un famoso: ¿En el fondo en qué te pareces a Él? Toma en tus manos una cruz y contémplala y pídele que te cure.
SALMO RESPONSORIAL. Sal 97, 1. 2-3ab. 3cd-4 (R/.: cf. 2b)

R/. El Señor revela a las naciones su salvación.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.

El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.

Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera,
gritad, vitoread, tocad. R/.

MEDITACIÓN
Con Israel: el salmo con el que este domingo respondemos a la Primera Lectura pertenece a los llamados “salmos del reino”, cantado una vez al año durante las fiestas de las Tiendas. En ellas Israel recordaba los cuarenta años de éxodo por el desierto, construyendo con ramajes tiendas y festejando a quien en aquel peregrinar era el rey que acompañaba y dirigía a su pueblo, conduciéndolo a la victoria.
Con Jesús: Jesús como buen israelita cantó este salmo cuando con su familia, vecinos o apóstoles subía a Jerusalén a celebrar esta fiesta, impregnándose de los sentimientos que lo envuelven y descubriéndose a sí mismo como Señor que vence al pecado mediante la muerte y resurrección.
Con nuestro tiempo: el pesimismo, máxime en estos años de crisis, se está adueñando de nuestra sociedad. Necesitamos volver la mirada a Dios, Él va a vencer, la última palabra no la tiene la injusticia que comete el Norte contra el Sur, la corrupción de quienes amparándose en los años de bonanza se hicieron ricos especulando con uno de los derechos fundamentales de toda persona, el derecho a una vivienda digna. La esperanza es la gran oferta de los cristianos. A pesar de ello, confiemos en Él, celebremos anticipadamente la victoria segura.
Con los juniors: ¿cómo presentamos a Dios a nuestros niños? El salmo constituye una buena oportunidad para, al comenzar el curso, recordando el campamento, donde Dios acampó con nosotros y nos guió durante unos días por el desierto, fuera de nuestro ambiente. Dios ha estado ahí con nosotros. Allí hemos contemplado su amor y hemos experimentado que Dios se ha acordado de su misericordia y fidelidad a favor de nuestro centro junior. Es un buen momento, comenzar el curso recitando este salmo.




Carlos G. Vallés. Busco tu Rostro. Sal Terrae.
EI Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia
Creo en tu victoria, Señor, como si ya hubiera llegado, y lucho por ella en el campo de batalla como si aun hubiera que ganarla con tu poder y mi esfuerzo a tu lado. Esa es la paradoja de mi vida: tensión a veces, y certeza siempre. Tú has proclamado tu victoria ante el mundo entero, y yo creo en tu palabra con confianza absoluta, contra todo ataque y toda duda. Tu eres el Señor, y tuya es la victoria. Sin embargo, Señor, tu tan anunciada victoria no se deja ver todavía, y mi fe está a prueba. Ese es mi tormento.
Proclamo la victoria con los labios y lucho con las manos para que venga. Celebro el triunfo y me esfuerzo por que suceda. Creo en el futuro y sudo en el presente. Me regocijo cuando pienso en el ultimo día y me echo a temblar cuando me enfrento a la tarea del día de hoy. Sé que pertenezco a un ejercito victorioso, que al final, acabará por derrotar a toda oposición y conquistar todo el mundo; pero caigo en el campo de batalla con sangre en el cuerpo y desencanto en el alma. Soy soldado herido de un ejército triunfador. Mío es el triunfo y mías las heridas. Piensa en mí, Señor, cuando anuncies tus victorias.
Robustece mi fe y abre mis ojos para hacerme ver que tu victoria ya ha llegado, aunque quede velada bajo apariencias humildes que ocultan la gloria de toda realidad celestial mientras seguimos en la tierra. Tu victoria ha llegado porque tú has llegado; tú has andado los caminos del hombre y has hablado su lengua; tú has gustado su miseria y has llevado a cabo su redención; tú has hallado la muerte y has restaurado la vida. Sé todo eso, y ahora quiero hacerlo realidad en mi vida para que yo mismo viva esa fe y todos sean testigos. Hazme gustar la victoria en el alma para que pueda proclamarla con los labios.
Entre tanto, gozo viendo en sueño y profecía la victoria final que te devolverá la tierra entera a ti que la creaste. Entonces todos lo verán y todos entenderán; la humanidad se unirá, y todos los hombres reconocerán tu majestad y aceptarán tu amor. Ese día es ya mío, Señor, en fe y esperanza.
Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.
Inspirado y tomado de: http://www.mercaba.org/DIESDOMINI/T-O/27C/marco_do_27c.htm
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 2, 8-13
Querido hermano:
Haz memoria de Jesucristo. resucitado de entre los muertos, nacido del linaje de David.
Éste ha sido mi Evangelio, por el que sufro hasta llevar cadenas, como un malhechor; pero la palabra de Dios no está encadenada:
Por eso lo aguanto todo por los elegidos, para que ellos también alcancen la salvación, lograda por Cristo Jesús, con la gloria eterna.
Es doctrina segura: Si morimos con él, viviremos con él. Si perseveramos, reinaremos con él. Si lo negamos, también él nos negará. Si somos infieles, él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo.
Palabra de Dios.
MEDITACIÓN:
Seguimos con el escrito de la pasada semana, en él la exhortación se hace más personal y animada, ofreciéndonos el Apóstol el ejemplo de quien en la cárcel se prepara para morir por Cristo y escribe estas letras a su fiel compañero y hombre de confianza. Los tiempos impetuosos en los que Pablo ha fundado comunidades, recordemos el libro de los Hechos de los Apóstoles, dan lugar a una nueva etapa en la que se han de consolidar y mantener las comunidades fundadas en la tradición y las enseñanzas recibidas de los apóstoles, el llamado “depósito de la fe” y para ello, máxime cuando muchos de quienes vivieron con Jesús han muerto, ante la tercera generación cristiana (apóstoles, discípulos de los apóstoles fueron la primera y segunda) hay que formar líderes responsables, competentes y de confianza que sepan mantener vivo el mensaje de Jesús.
Uno de ellos es Timoteo. A él dirige el Apóstol estas enseñanzas en la que le exhorta a tener siempre presente a Jesucristo. Y confieso en la peregrinación junior a Roma uno de los momentos más intensos fue la contemplación de la tumba del Apóstol y las cadenas, las cuales hacen referencia a este texto. Pablo es el apóstol que las sufre por el Evangelio.
Así pues, te propongo leer toda la carta, apenas son cinco páginas y tratar de aplicártelas a tu vida como educador. Descubrir el modelo de educador que Pablo propone, el cual, en cuanto se halla en la Biblia, es lo que a ti, que has sido llamado por el colaborador de los sucesores de los apóstoles, es decir, el consiliario, Dios espera. Conflictos, problemas, falsos doctores, ideas raras,… los hubo en tiempos de Pablo y los hay ahora, pero también Dios sigue iluminándonos con su Palabra.
Otro medio para orar la Palabra es contemplar las cadenas de Pablo y orar desde ellas: ¿estoy encadenado a Cristo o a mis intereses? Sentir gozo por sufrir por el Evangelio, ser junior.
http://www.annopaolino.org/interno.asp?lang=spa&id=13&id_dettaglio=193884
EVANGELIO
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 17, 11-19
Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían:
— «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.»
Al verlos, les dijo:
— «Id a presentaros a los sacerdotes.»
Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias.
Éste era un samaritano.
Jesús tomó la palabra y dijo:
— «¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?»
Y le dijo:
— «Levántate, vete; tu fe te ha salvado.»
Palabra del Señor.
MEDITACIÓN
Recordará el lector nos hallamos en la parte cuarta parte del evangelio de San Lucas, llamada Viaje a Jerusalén (Lucas 9, 51-19,28) y dentro de ella, la tercera sección (17,11-19,28), en la que plantea el fin del mundo y juicio, el acceso al Reino y la condición mesiánica de Jesús.
Y este domingo nos presenta la curación de los diez leprosos. Esta enfermedad conllevaba la ruptura de la persona en todas sus dimensiones: su cuerpo quedaba infectado de úlceras, el miedo al contagio les llevaba a abandonar la familia y el pueblo y por otra parte, al ser considerada castigo por el pecado cometido eran considerados pecadores y excluidos del culto. Por este motivo el sacerdote tenía la función comprobar la curación e integrarlo en una sociedad donde la religión era fundamental y regía las normas y vidas sociales.
Pero en este evangelio el acento no se sitúa tanto en la enfermedad y milagro, cuanto en la actitud agradecida de uno de ellos. De diez solamente uno vuelve a Jesús, es decir, le confiesa como Señor, alabando su poder. Y éste es samaritano, p erteneciente a un pueblo excluido por Israel, pues adoraba a Dios en un lugar distinto a Jerusalén.
El episodio nos invita a revisar nuestra relación con Dios, ¿es ésta de agradecimiento o solamente recurrimos a Él para pedirle?, a descubrir en el samaritano a nosotros, los juniors. Pues en el presente Dios sigue actuando y curando a las personas, pero éstas se olvidan de agradecerle sus beneficios. Nosotros, sin embargo, a través de la eucaristía, es decir, la acción de gracias, y en nombre de toda la sociedad agradecemos a Dios sus dones. También nos invita a descubrir la salvación abierta a todos y tener una mirada evangélica, sin prejuicios hacia los inmigrantes. El samaritano bien podría ser un búlgaro o rumano que cree en Jesucristo pero no reconoce al Papa como Pastor de la Iglesia, al igual que ellos no reconocían al Sumo Sacerdote.
ORACIÓN DESDE LA METODOLOGÍA JUNIOR.

Experiencia:
Busco una cajita, tomo folios y los corto en cuartillas. En ellas escribo todo lo que he recibido en mis años de vida (familia, trabajo, amigos, parroquia-juniors, problemas que se solucionaron, éxitos logrados, fracasos superados, momentos inolvidables,…). Los coloco dentro de la caja y la envuelvo en papel de regalo. En ella escribo: Remite: tu Papá Dios. Destinatario: mi nombre. La dejo en un lugar cercano. Me siento. Me levanto, lo tomo como si fuese ahora otra persona que ha recibido este regalo.

Reflexión.-

Leo el Evangelio, tomando la Biblia, es decir, el gran regalo que Dios nos hace cada día. Invoco a Dios para que ilumine. Tras la lectura puedo volver a leerla mediante los powerpoint de las monjas benedictinas de Montserrat (http://www.benedictinescat.com/Montserrat/eucarcast.html ) en silencio, pausadamente. Ilumino la experiencia con la luz del Evangelio: ¿de todas ellas cuáles han sido motivo para darle gracias a Dios?

Compromiso.-

Tomo las cuartillas, las leo, detrás escribo: “gracias Papá”, las coloco dentro de un sobre y escribo el remitente (mi nombre) y el destinatario (Papá Dios). Un compromiso a partir de ahora puede ser comprarme una libreta, escribir en la cubierta (Gracias) e ir anotando cada día antes de acostarme, a modo de diario los motivos por los que en ese día le doy gracias a Dios.

Celebración:

Éste sobre lo puedo llevar a la parroquia y, después de hablar y pedirle permiso al párroco, depositarlo ante el sagrario o una imagen religioso, arrodillándome y rezando la oración que brote espontáneamente de mi corazón.
Puedo escuchar la canción de Violeta Parra, Gracias a la vida, vida que es un regalo de Dios, de la web “Voces unidas por Chile”:
http://www.vocesunidasporchile.com/


Oración.


Gracias a Dios que me ha dado tanto.
Me dio dos luceros que, cuando los abro,
perfecto distingo lo negro del blanco,
y en el alto cielo su fondo estrellado
y en las multitudes el hombre que yo amo.

Gracias a Dios que me ha dado tanto.
Me ha dado el oído que, en todo su ancho,
graba noche y día grillos y canarios;
martillos, turbinas, ladridos, chubascos,
y la voz tan tierna de mi bien amado.

Gracias a Dios que me ha dado tanto.
Me ha dado el sonido y el abecedario,
con él las palabras que pienso y declaro:
madre, amigo, hermano, y luz alumbrando
la ruta del alma del que estoy amando.

Gracias a Dios que me ha dado tanto.
Me ha dado la marcha de mis pies cansados;
con ellos anduve ciudades y charcos,
playas y desiertos, montañas y llanos,
y la casa tuya, tu calle y tu patio.

Gracias a Dios que me ha dado tanto.
Me dio el corazón que agita su marco
cuando miro el fruto del cerebro humano;
cuando miro el bueno tan lejos del malo,
cuando miro el fondo de tus ojos claros.

Gracias a Dios que me ha dado tanto.
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto.
Así yo distingo dicha de quebranto,
los dos materiales que forman mi canto,
y el canto de ustedes que es el mismo canto
y el canto de todos, que es mi propio canto.

Gracias a Dios que me ha dado tanto.


GUIÓN CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA.
Monición de entrada:
Queridos hermanos y hermanas:
Todos los domingos nos reunimos en misa para celebrar la eucaristía. Ésta palabra pertenece a otro idioma y significa acción de gracias, pues cada vez que celebramos la misa le damos gracias a Dios por la vida, las personas que nos quieren, el cielo, el pueblo tan precioso que tenemos y por todas las cosas buenas.
Hoy además vamos a darle gracias por unas personas muy especiales, son las catequistas de la parroquia. Ellas van a ayudarnos a conocer y querer mucho a Jesús y hoy van a ser enviadas para ser nuestras catequistas.

Señor, ten piedad.
Porque siempre estás con nosotros. Señor, ten piedad.
Porque nos quieres con nuestros defectos. Cristo, ten piedad.
Porque nos ayudas a ser muy felices. Señor, ten piedad.

Monición a las lecturas.
En la primera lectura vamos a conocer la historia de un personaje muy importante que fue a visitar al profeta Eliseo. Estemos atentos a ver porque fue. Y en la segunda san Pablo nos dirá como hemos de ser buenos cristianos y a las catequistas les enseñará a ser buenas catequistas.

Monición evangelio.
Hola: uf, que piel más limpia que tengo. Que manos más blancas y bonitas. Ah, perdonad, no me he presentado. Yo soy uno de los leprosos que Jesús curó, pero no era el único. Habían otros. ¿Qué dónde están? Pues no lo se. ¿Qué qué les pasó? Mirad, mejor que os lo cuente el sacerdote.

Homilía. entregamos a los monaguillos una bolsita de chucherías. Y seguimos la misa explicando la primera lectura. Cuando terminemos les preguntamos que han hecho y en qué se parecen a los diez leprosos. Si ellos han dado las gracias les felicitamos. Y finalmente les explicamos como Dios siempre nos da muchas cosas y nosotros unas veces hacemos como ellos y otras, no le damos las gracias.



Peticiones.-

Por la Iglesia, para que se sienta querida por sus hijos, que somos nosotros. Roguemos al Señor.
Por los gobernantes, para que no disminuyan el dinero que destinan a curar a los enfermos. Roguemos al Señor.
Por los países donde aún hay leprosos, para que les ayuden y consigan acabar con esta enfermedad, como ha pasado en nuestro país. Roguemos al Señor.
Por las catequistas, para que Jesús les ayude en la tarea de enseñarnos a quererle mucho. Roguemos al Señor.
Por nuestros padres, para que ayuden a la parroquia en la tarea de educarnos en la fe. Roguemos al Señor.
Por nosotros, para que nos portemos bien con las catequistas. Roguemos al Señor.
Por nuestra parroquia, para que todos al venir a misa sientan que Dios los quiere y nadie se sienta rechazado en misa. Roguemos al Señor.

Monición.-

Queridos hermanos:
Hoy es un día muy especial para nuestras catequistas, porque el sacerdote, en nombre de todos nosotros, la comunidad parroquial de N. va a darles delante de nosotros una tarea muy importante: prepararnos para la Primera Comunión.

Profesión de fe.-

Sacerdote:
Queridas catequistas, con el gesto que vais a realizar ahora expresáis vuestra pertenencia a la Iglesia y deseo de enseñar la fe de la Iglesia. Por eso os pregunto:

¿Creéis en Dios, Padre Santo y bueno,
que se sirve de hombres y mujeres sencillos para anunciar y llevar a cabo el Plan de Salvación,
que os ha llamado para mostrar a la Comunidad Parroquial el rostro de su Hijo Jesús,
que a pesar de vuestra fragilidad os llama a colaborar con Él para que el Reino se haga realidad aquí y ahora
y os da fuerza para la tarea que os confía.
-Sí, creo.

¿Creéis en Jesucristo, el Hijo de Dios,
que se ha entregado por nosotros hasta la muerte,
que está vivo,
que sólo en su nombre podemos ser salvos,
que es la Palabra del Padre que hace brotar en nosotros nuestra palabra.
-Sí, creo.

¿Creéis en el Espíritu Santo,
que vive con el Padre y el Hijo,
que os enseña lo que no sabéis,
os da fuerza para expresar las palabras y los gestos de Jesús,
está a la obra y no os deja solos en el empeño de anunciar el Reino,
es vuestra fuerza en el cansancio y en la incertidumbre,
os muestra caminos para llegar al corazón de quienes le buscan.
-Sí, creo.

¿Creéis en la Iglesia,
que es nuestra Madre,
es el signo de Dios para los hombres y mujeres de hoy,
es a la vez santa y pecadora,
es la Iglesia de Jesús a la que os incorporasteis por el Bautismo
es la comunidad a la que sois llamados como catequistas.
Sí, creo.

¿Estáis dispuestos, con la ayuda de Dios a
colaborar en la vida de nuestra comunidad cristiana, en el anuncio de la Palabra,
y a transmitir la fe de la Iglesia viviéndola vosotros primero y presentándola a los niños y adolescentes como camino seguro de felicidad.
-Sí, estoy dispuesto con la ayuda de Dios.

La comunidad os acoge y os envía como catequistas durante este curso. La comunidad confía en vosotros y os apoyará con su plegaria y oración, con su ejemplo y con su testimonio.


Entrega de la cruz.-
N. recibe la cruz, signo de la entrega de Cristo por nosotros. Que la sabiduría de la cruz esté cada domingo en tu corazón y en tus labios. Y que toda tu vida sea un signo del amor de Cristo manifestado en la cruz.

Oración de una catequista, antes de concluir la misa..-
Señor,
este curso que estamos iniciando,
no es un eslabón perdido,
sino un paso más en el camino
de ser persona y creyente.
Abre el corazón,
de quienes formamos
el equipo de catequistas,
a la esperanza.
Es la hora de sembrar,
de mirar hacia delante,
desde la debilidad de nuestras fuerzas
pero contando con tu ayuda
y la que es Madre y Catequista,
María Santísima.


JÓVENES EJEMPLARES:
Venerable María del Carmen González-Valerio
Sorprende la edad de esta niña. El 14 de Marzo de 1930 nace en Madrid, siendo bautizada sin demora debido a la debilidad de su cuerpecillo. Dos años después recibe el sacramento de la confirmación. Y a los seis años la Primera Comunión.
Siendo de familia acomodada en una ocasión llamó a la puerta un pobre y le entregó todos sus ahorros, pidiéndole volviese a llamar para que su madre le diese otra cosa. También el dinero que le daban los abuelos para comprarse juguetes se los daba a la criada para que se los comprase a sus hijas.
A los cuatro o cinco años de edad le gusta dirigir el rosario en la familia y recita de memoria las letanías y tiene gran devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Sin embargo su infancia no es feliz. Al igual que ocurrió con tantos niños y niñas nacidos en esos años sufrió la desolación de la guerra. Así en agosto de 1936 su padre es asesinado, refugiándose su madre en la embajada de Bélgica, mientras ella y sus hermanos son acogidos por una de sus tías. En 1937 ante el peligro de ser llevados a la antigua URSS con el grupo de niños que iban a ser conducidos a este país, los hermanos son acogidos en la embajada.
La niña perdona y reza por la salvación de los asesinos de su padre.
El 6 de abril de 1939 empieza el calvario para Mari Carmen, viéndose obligada a guardar cama. Lo que era una otitis degenera en septicemia o infección de la sangre. El 27 de Mayo es operada. Días después le administran más de veinte inyecciones, aumentando el sufrimiento, que le obliga a tomar una especie de purés de bellotas. La enfermedad avanza. A ella se une una doble flebitis que la llena de llagas. Solamente el nombre de Jesús le conforta. Y cuando su madre le pide rece para que Jesús la cure, ella responde: -No, mamá, yo no pido eso; pido que se haga su voluntad.
Había anunciado que moriría el 16 de Julio, fiesta de N.S. del Carmen y día de su santo, pero al enterarse de que su tía Sofía se casaba ese día, anuncia que no moriría hasta el día siguiente. Y así a las 15 horas le dice al médico: -¡Déjeme, doctor, déjeme ir ya! ¿No ve que viene la Virgen con los ángeles a buscarme?
Y ante el asombro de todos junta las manitas y reza:
-Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía; Jesús, José y María, haced que cuando muera, expire en paz y con Vos el alma mía”.
Incorporándose un poco cae sobre su almohada y en paz entrega su espíritu.
El 12 de Enero de 1996 el Papa Juan Pablo II la declaró Venerable.

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